
Encandilada desde las primeras páginas, esta historia me ha devuelto a mi infancia cuando abrir un libro significaba perderte en un mundo alternativo.
Puede que haya sido porque la protagonista utiliza los libros como vía de escape y amuleto, o porque desde el principio los libros, las bibliotecas y las bibliotecarias aparecen como hadas buenas en esta historia. O puede que sea porque la autora tiene magia para trasladarte a otros lugares a través de su narración.
Es un cuento que mezcla todos los cuentos de nuestra infancia, entrelazado problemas reales. En esta historia hay hadas, monstruos, acompañantes mágicos en forma de perro y paisajes de fantasía.
Únicamente está algo forzada la historia de amor de la protagonista, que se la podía haber ahorrado, no hacía falta retorcer tanto el cuento. Pero en general, es una historia preciosa que te devuelve a todos los cuentos clásicos: Alicia, Blancanieves, La bella durmiente, Bambi y cualquier cuento en el que hay un protagonista desvalido, un aprendizaje vital y unos personajes mágicos que le ayudan a superar todas las vicisitudes.
Me ha encantado, la verdad. Y yo no soy especialmente ñoña con estos temas, no me suelen gustar las historias almibaradas, pero esta me ha reconectado con el universo.
Año de publicación: 2019
Editorial: Salamandra
Páginas: 412
Valoración: muy recomendable
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