Lectora sin remedio, no recuerdo época alguna de mi vida en la que no me acompañaran los libros.
Dicen mis padres que aprendí a leer sola pero no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es que leía el libro de lectura del colegio en una sola tarde antes de empezar el curso, lo que provocaba un aburrimiento infinito durante el resto de meses escolares.
No he perdido el gusto por la lectura, me siento orgullosa de habérsela transmitido a mi hijo que lee cada noche e incluso hay ocasiones en que deja el móvil a un lado por terminar un libro.
Me doy por satisfecha si alguna de mis reseñas te hacen sonreir o si te identificas con alguna de mis opiniones.
Opinión de una lectora 