
Años 60, verano, una pareja coincide en una mansión en ruinas con Frany, la protagonista y narradora de esta historia, para realizar una valoración mobiliaria del contenido de la casa.
A lo largo de su estancia y los días que pasan juntos van compartiendo momentos en los que poco a poco van conociendo el pasado de cada uno de ellos y estableciendo una extraña relación entre ellos.
Traslada la indolencia del verano, junto con un ambiente algo asfixiante y misterioso que se genera en esa casa apartada del pueblo, llena de estancias abandonadas y jardines asilvestrados.
Los tres personajes tienen su propio pasado del que no pueden escapar y que les condiciona al establecer sus nuevas relaciones. pero sin duda la protagonista es la que está mejor dibujada, y en cada página descubrimos una parte nueva que va completando su inquietante personalidad.
El final, al más puro estilo inglés de las novelas clásicas de misterio te deja con la duda de si realmente lo que se narra es lo que de verdad ha ocurrido.
Año de publicación: 2020
Editorial: Tusquets
Páginas: 352
Valoración: recomendable
Resumen de la editorial
Una joven tímida y pudorosa, una preciosa mansión que amenaza ruina, una pareja encantadora: ¿qué podría salir mal?
Desde las mansardas de una mansión rural inglesa que casi amenaza ruina, la joven Frances espía a sus vecinos, en la planta inferior: Cara, una mujer a quien le gusta hablar de su triste pasado, y Peter, su encantador marido, una pareja que trata de disfrutar al máximo de la vida. Corre 1969 y los tres han sido contratados para realizar un informe del estado de la mansión y un inventario de sus objetos artísticos para su nuevo (y rico) propietario norteamericano. Unos treinta años después, Frances, enferma y quizá a punto de morir, recibe las visitas del vicario del pueblo. Poco a poco, y de sorpresa en sorpresa, el lector se enterará de los trágicos sucesos que tuvieron lugar aquel tórrido verano.
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