
Otra obra breve de esta autora que se lee en un ratito.
Todos los personajes tienen sus sombras y las relaciones que establecen entre ellos, aunque basadas en situaciones cotidianas (compañeras de piso, empleada/empleador, maestra/alumno), son peculiares entre ellos: convivencia tensa, espionaje de las clases, efecto pigmalión.
El estilo de esta autora me recuerda mucho al de Sara Mesa, tanto por los ambientes opresivos como por los personajes que siempre tienen un lado oculto o cuestionable.
El final me ha resultado algo brusco por precipitado más que por sorpresivo.
Año de publicación: 2024
Editorial: Anagrama
Páginas: 144
Valoración: muy recomendable
Resumen de la editorial
Ange tiene diecinueve años, vive en Bruselas y estudia filología. Para ganarse algún dinero, decide comenzar a impartir clases particulares de literatura a un adolescente de dieciséis años llamado Pie. Según su despótico padre, el chico es disléxico y tiene problemas de comprensión lectora. Sin embargo, el problema real parece ser que odia los libros tanto como a sus padres. Lo que a él le apasiona son las matemáticas y, por encima de todo, los zepelines.
Ange le va proporcionando lecturas a su alumno, mientras el padre espía clandestinamente las sesiones. De entrada, los libros propuestos no generan más que rechazo en Pie. Pero poco a poco Rojo y negro, La Ilíada, La Odisea, La Princesa de Clèves, El diablo en el cuerpo, La metamorfosis, El idiota… empiezan a surtir efecto y despiertan preguntas e inquietudes.
Y poco a poco, la relación entre la joven maestra y su más joven discípulo se estrecha hasta que el vínculo entre ambos se transforma.
La literatura ejerce una fuerza, como el gas que permite que los pesados zepelines se eleven y floten livianos en el cielo. Aunque la misma energía que posibilita esta elevación resulta ser altamente explosiva y peligrosa…
La novela número veintinueve de Amélie Nothomb es una suerte de elogio a la lectura, pero nada trivial, nada previsible y sobre todo nada inocente.
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