
No sé por qué pero yo tengo detectados dos estilos predominantes en los escritores orientales: el reconcentrado pa dentro, serio y triste como si estuvieran siempre disimulando más propio de los japoneses o el infantiloide sentimental con final feliz y moraleja parecido a un cuento, propio de los coreanos.
Pues esta novela es del segundo grupo, naif aunque no por eso deja de ser entrenida.
Es cierto que los personajes son planos y el argumento en sí del asesinato tampoco es demasiado rebuscado pero tiene una protagonista potente con un punto cómico que hace que la historia sea divertida y bastante estrambótica.
Año de publicación: 2025
Editorial: Duomo
Páginas: 384
Valoración: entretenido
Resumen de la editorial
Nadie investiga mejor un crimen que una madre suspicaz y con mucho tiempo libre…
Vera Wong es una solitaria mujer mayor —o, mejor dicho, señora de cierta edad— que vive encima de su olvidada tetería en pleno Chinatown de San Francisco. Lo que más le gusta es saborear una buena taza de oolong y navegar por internet, sobre todo para averiguar si su hijo sale con alguien. Pero, una mañana cualquiera, su tan apreciada rutina se ve afectada. Vera baja las escaleras y se topa con un imprevisto: alguien ha dejado un cadáver en medio de la tienda. ¡Qué calamidad!
Después de llamar a la Policía como haría cualquier ciudadano responsable, se acerca al cuerpo y, al ver que tiene una memoria USB en la mano, la recoge y la guarda en el bolsillo de su delantal. ¿Por qué? Porque Vera está convencida de que ella puede hacer mejor trabajo de investigación que cualquier agente. Sabe que el asesino volverá a por la memoria USB; lo único que tiene que hacer es observar a todo aquel que entre en su tienda. Aunque lo último que esperaría Vera es entablar amistad con los clientes y empezar a preocuparse por todos y cada uno de ellos.
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