
Una delicia de novela (como diría la profesora de literatura de un compañero de trabajo), imprescindible para todos los que tengan o hayan tenido un perro a lo largo de su vida.
Ellos, los perros, son el esqueleto que sirve de armazón para esta historia que trata en realidad sobre una familia y las relaciones entre ellos.
Podría ser una obra de teatro, ya que se desarrolla en una cafetería por la que van transitando los personajes y nos van dando pistas para entender cómo las familias establecen los distintos roles que van construyendo a lo largo de los años y los acontecimientos vividos.
Alejandro Palomas, profundiza en los personajes poco a poco, acercando la historia de cada uno de ellos en pequeñas dosis a lo largo del relato con grandes dosis de humor.
Un equilibrio perfecto tragicómico como lo son todas las familias en mayor o menor grado.
Hay muy pocos libros que yo tenga entre mi lista de libros que regalaría y este ha entrado a formar parte de ella sin duda alguna.
Año de publicación: 2016
Editorial: Destino
Páginas: 335
Valoración: Imprescindible
Resumen de la editorial
Un relato explosivo y conmovedor en el que Alejandro Palomas recupera los personajes que conocimos por primera vez, y de los que nos enamoramos, en Una madre.
«R estaba sentado en la alfombra, junto a la cama, exactamente como le había visto la noche de la tormenta que un año antes nos había cambiado la vida a los dos. Me miraba fijamente y jadeaba, inmóvil, como cuando en verano se tumba al sol en la terraza, envuelto en calor.»
Sentados en una cafetería una tarde de principios de verano, Fer y su madre, Amalia, esperan una llamada que no llega. Durante las horas siguientes, Fer hará lo imposible por ocultar lo que se esconde tras esa temida llamada que puede hacer añicos la calma que se ha instalado en la familia desde que, siendo apenas un cachorro, R llegó a su vida. Pero quizá esa calma sea más precaria de lo que parece. Cuando el teléfono por fin suena, la noche traerá consigo una inesperada compañía, y con ella llegarán un torrente de confesiones, verdades que quizá no lo eran tanto y las cinco letras de un nombre que, tirando del álbum familiar, Fer deberá atreverse a invocar para que la vida vuelva a mostrarle, a él y a los suyos, su mejor versión.
Un perro no es solo el retrato del fascinante vínculo entre un hombre y su perro, sino también un remolino de emociones en el que confluyen una mirada tierna y cruda al universo familiar y un homenaje al amor en todas sus manifestaciones.